Fuente: abc.es
El desangelado personaje que véis en la foto se llama Jesús Leonardo, está casado, tiene 57 años, dos hijos adolescentes y reside en Wanaque, New Jersey. Te aseguramos que raro es el día que no vuelve a casa con un buen puñado de dólares en sus bolsillos, a raiz de su peculiar profesión como "stooper" (en inglés, jorobado).
La historia laboral de nuestro amigo comenzó en 1.999, cuando tras hacer una apuesta y ver la correspondiente carrera, tiró su billete al suelo. Justo cuando salia del local miró la pantalla por última vez y se dio cuenta que habían pedido una revisión de la prueba por posibles infracciones. Los resultados cambiaron y en ese momento se convirtió en ganador virtual de 900 dolares. Por supuesto el pobre Jesús Leonardo trató de localizar su billete por el suelo, entre la multitud, sin éxito.
Ante la desesperación decidió preguntar al encargado si podía llevar toda la basura a casa para tratar de localizar su ticket ganador. En ese preciso momento, casi sin quererlo, estaba firmando su nuevo contrato de "stooper". Entre la basura no encontró su ticket ganador pero a cambio localizó otros dos billetes que juntos sumaban unos 2.000 dolares.
Desde entonces, se pasa la vida en una casa de apuestas legales del centro de Manhattan con una tarea tan aguda como reconfortante: recoge los billetes que otros tiran y después los comprueba meticulosamente para recibir su premio con intereses. La estadística no falla y uno de los stoppers más famosos del país asegura que su jornal le reporta entre 100 y 300 dólares diarios, habiéndose embolsado desde entonces casi medio millón de dolares.
Al igual que los cientos de stoopers que deambulan por hipódromos y casas de apuestas de todo el mundo, nosotros diariamente buceamos en la blogosfera para rescatar historias tan curiosas como esta que hemos encontrado en la bitácora elmonomudo.com. Un ejemplo más de que la suerte no llega por sí sola; hay que buscarla.
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